Son millones de publicaciones diarias realizadas por millones de perfiles que generan más millones de comentarios e interacciones en todas y cada una de las redes sociales que existen en internet. 

Ante este panorama, la pregunta que podemos hacernos es si es posible medir y controlar el impacto que tiene este ecosistema sobre aquellas personas que padecen algún tipo de trastorno alimenticio.

Aunque no cubre la totalidad (eso es imposible) si que hay un estudio publicado en abril de 2021 que analiza el uso de las redes sociales entre los jóvenes y el riesgo de padecer TCA, llegando a la conclusión de que hay una relación directa entre la frecuencia y tiempo dedicado a las redes sociales con la probabilidad de sufrir trastornos alimentarios. 

Es ahora cuando los psicólogos, en sus protocolos de actuación con pacientes de TCA, empiezan a abordar y analizar qué tipo de redes sociales utiliza el o la paciente así como los perfiles que sigue y de los que recibe contenidos de forma diaria.

Es importante hablar con ellos y ellas sobre los tipos de cuerpos que ven, si siguen algún tipo de dieta aconsejada por un famoso influencer para aportar información veraz y contrastada y desmontar ciertos mitos que circulan por la red.

Los retos de Tik Tok o los canales de YouTube

Este es uno de los aspectos más característicos de estas redes sociales, los retos que ven en vídeos o las recomendaciones alimentarias. 

Si bien algunos son inofensivos, hay otros que pueden influir negativamente en los más jóvenes al encontrarse todavía en un proceso de transición con sus cuerpos y personalidades y que pueden afectar negativamente a su desarrollo físico y psicológico.

Por eso, es importante reeducar a las  personas con trastornos alimentarios pero, también lo es, hacerlo con la familia y el círculo más cercano de los y las pacientes con TCA.

Cuidado con los “odiadores” o “haters”

Las redes sociales, como cualquier elemento de comunicación, por un lado puede ser muy útil para alguien que padece problemas psicológicos al sentirse apoyada por personas que empatizan o pasan por su misma circunstancia pero, por otro lado y no nos engañemos, las plataformas digitales también son terreno abonado para todo lo contrario.

Es una realidad en la que conviven las personas que externalizan sus estados de ánimo o situaciones personales con aquellas que solo utilizan las redes sociales para descargar su odio.  

Pero no nos engañemos, los haters están en todas las plataformas digitales y  son difíciles de controlar pero ¿Qué ocurre cuando son Youtubers o TikTokers conocidos y con millones de seguidores como por ejemplo, Nikocado Avocado y Eugenia Cooney, que no cometen ninguna ilegalidad pero que fomentan conductas poco saludables?