A continuación el artículo publicado por Artículo14.es en el que nos dirigimos a Susana Gisbert, fiscal especializada en violencia de género.

 

«Nos asesinan a nosotras y nuestras hijas e hijos con una impunidad que da auténtico pavor, y ante nuestra más absoluta impotencia. Porque por más que diga la señora Gisbert, eso de “denuncia, denuncia”, queda muy bien negro sobre blanco y en la tele. Ahora insisten todas, todos y todes en que tanto la víctima como el entorno denuncien, pero nadie habla de las medidas de protección y atención social que son imperiosas de necesidad después de esa denuncia.

Nadie habla de que después de esa denuncia estamos solasprotegidas por una hoja de papel que se basa única y exclusivamente en que el maltratador cumpla lo que pone en ella, que es que no se acercará a nosotras, (y con suerte y si lo pone, a nuestras criaturas). Una hoja de papel, que no nos protege de nada, que no es antibalas, ni anticuchillos, ni antimaltratadores.

Necesitamos que el Ministerio cambie leyes que permiten atenuantes en los juicios y beneficios penitenciarios. Que se aplique sin miedo la prisión permanente revisable a violadores, pederastas, maltratadores y asesinos machistas. Que este sistema judicial basado en la reinserción de quienes no quieren reinsertarse cambie y los mantenga alejados de la sociedad. Esa sociedad en la que ellos maltratan, violan y asesinan sin piedad.

Que esa corriente antipunitivista que impera ahora, sea cortada y se meta sin miedo a la cárcel a quienes nos maltratan y asesinan a nuestras hijas e hijos, y a nosotras. Dejando a nuestras criaturas huérfanas con suerte, y cuando no, asesinadas.

Que nadie pueda considerarse mujer sin pasar por los pertinentes médicos y exámenes necesarios, porque eso es un insulto a la inteligencia de todas y de todos. Y una excusa para eludir y evitar las condenas de violencias machistas.

Necesitamos condenas ejemplares, ejemplarizantes y ejemplarizadoras que sirvan de aviso a navegantes para los maltratadores, pederastas, violadores y asesinos de que aquí, en este país, no se va a tener más la mano blanda con quiénes atenten contra la integridad fisica y/o psicológica de mujeres y criaturas.

Todas, o una grandísima mayoría de las mujeres que hemos sido víctimas de violencias machistas, hemos sido víctimas y testigos de cómo nuestras hijas e hijos han sufrido violencia vicaria por parte de nuestros, sus, maltratadores. ¿Hasta cuándo se va a seguir obviando esta y muchas otras violencias en los juzgados de este país?

Invito a la señora Gisbert a reunirse con nosotras, una asociación de sobrevivientes, para que se de cuenta de que, lo que ella no ha visto en sus 32 años de carrera, no sólo lo hemos vivido en nuestras propias carnes y en las de nuestras criaturas. Si no que lo estamos viviendo día a día, en las mujeres que nos llaman, nos visitan y atendemos. Para que vea que lo que ella no ha vivido, las víctimas lo vivimos a diario.

Y la invito a que hable con nosotras, para trabajar juntas en lograr cambios, en lograr mejoras, y en conseguir que estas cifras vergonzosas y vergonzantes de asesinatos cesen de una vez por todas. Porque nos están asesinando y en “cuatro días” los asesinos están campando a sus anchas en las calles, incluso de cervezas en bares delante de las casas de las familias de sus víctimas, y sus victimas no salen de los cementerios dónde ellos las meten para toda la eternidad.»