Hoy, Vox celebra en el Congreso una jornada titulada «Ideología de género y denuncias falsas«. Nosotras, mujeres sobrevivientes de la violencia machista, no podemos quedarnos en silencio ante este uso perverso de nuestro dolor como munición política.

La violencia no es un debate teórico

Para nosotras, la violencia no es un concepto que se pueda discutir en una mesa redonda entre abogados y políticos. Es una experiencia marcada en el cuerpo, en la memoria y en la vida de nuestros hijos e hijas.

Cuando escuchamos hablar de «ideología de género», sentimos que se intenta reducir nuestra realidad a una etiqueta, a un discurso vacío. Pero no: la violencia que vivimos es real, mata y deja cicatrices que jamás desaparecen.

Las cifras desmontan el mito de las denuncias falsas

Se insiste en las «denuncias falsas» como si fueran un problema generalizado. La verdad es otra: el propio Consejo General del Poder Judicial confirma que apenas representan el 0,01% de los casos. Muchísimo menos que en otros delitos.

¿De verdad alguien cree que una mujer arriesga su vida, su estabilidad y su seguridad para inventar un maltrato? La mayoría ni siquiera denuncia, porque sabe que el proceso judicial es duro, largo y, demasiadas veces, decepcionante.

Lo que falla no son las leyes, sino la falta de recursos

Vox utiliza los datos de mujeres asesinadas para desacreditar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Pero lo que esos datos demuestran es lo contrario: necesitamos más protección, más recursos y más formación, no menos.

Las leyes existen, pero se quedan cortas cuando una mujer denuncia y sigue sin protección; cuando no hay plazas suficientes en casas de acogida; cuando la ayuda económica llega tarde; cuando un juez minimiza el miedo de una víctima. Eso no es culpa de la ley, sino de la falta de voluntad política para aplicarla con la contundencia necesaria.

La impostura de hablar sin víctimas

Resulta indignante que se celebre una jornada en el Congreso sobre violencia de género sin dar protagonismo a quienes la hemos vivido. Se invita a abogados, psicólogos y políticos que hablan «de» nosotras, pero no «con» nosotras.

Así se perpetúa la invisibilización: se nos utiliza como objeto de debate, nunca como sujeto político.

Nuestra voz es imprescindible

Desde nuestra asociación de mujeres sobrevivientes queremos dejarlo claro: no somos ideología, somos supervivencia. Y mientras algunos hacen política con nuestro dolor, nosotras seguimos acompañando a mujeres que llaman de madrugada, a familias que acaban de perder a una hija, a víctimas que aún no se atreven a denunciar.

Ese trabajo silencioso no sale en los titulares, pero salva vidas. Y es ahí donde deberían ir los recursos, en lugar de alimentar discursos que nos ponen en duda.

La jornada que Vox celebra hoy en el Congreso no busca soluciones, busca desacreditar la lucha contra la violencia de género. A quienes organizan y aplauden ese acto les decimos: nuestra vida no es ideología, y nuestras denuncias no son falsas. Lo falso es querer negar una violencia que cada año se cobra decenas de vidas en España.

Sin nosotras no hay verdad. Y sin verdad no habrá nunca justicia ni cambio real.