No se puede dejar en la calle a un maltratador. Nunca. Y menos si es reincidente.
Una y otra vez, las portadas, los informativos, los hilos de X (Twitter) y los comunicados institucionales nos devuelven la misma fotografía: un asesino machista que ya tenía antecedentes. Un agresor reincidente, a veces multirreincidente, que había sido denunciado, juzgado, e incluso condenado. Que ya contaba con órdenes de alejamiento, con antecedentes por violencia de género, con advertencias previas, con señales evidentes. Pero seguía en la calle. Y ahora hay una mujer menos. Una madre menos. Una hija menos. Una vida menos. ¿Hasta cuándo se va a permitir esta barbarie? Cuando una mujer da el paso de denunciar, jugándose la vida, la custodia de sus criaturas, su entorno familiar y su estabilidad económica, el Estado le ofrece un papel. Una denuncia archivada, una orden de alejamiento que nadie vigila, una pulsera telemática que no se concede, o un juicio rápido que termina en conformidad y penas ridículas. Mientras [...]