“Aceite hirviendo, justicia fría: la impunidad pactada del machismo judicial”
En Zaragoza, un hombre ha sido condenado por lanzar aceite hirviendo a su exmujer, provocándole graves quemaduras. Una agresión atroz, premeditada, ejecutada con la crueldad de quien busca no solo dañar, sino marcar el cuerpo de una mujer como territorio de venganza. Y, sin embargo, el titular que debería estremecer a cualquier sociedad, “Intento de asesinato con aceite hirviendo”, queda reducido en el lenguaje judicial a un acuerdo de conformidad. Una fórmula limpia, burocrática, desinfectada de toda emoción: el agresor admite los hechos, acepta la pena, evita el juicio y el Estado suspira aliviado porque no habrá titulares incómodos ni víctimas que hablen demasiado. Un pacto con el diablo, rubricado en nombre de la eficiencia judicial El condenado, de 47 años, atacó a su exmujer en Zaragoza arrojándole aceite hirviendo sobre la cabeza y el torso, causándole lesiones graves y un trauma que no desaparecerá jamás. Lo hizo [...]









