Cuando la ley es un coladero: el peligro mortal para las mujeres
En un nuevo capítulo de surrealismo legislativo, un maltratador ha cambiado de sexo para acogerse a los privilegios que ciertos vacíos legales ofrecen. ¿El objetivo? Burlar la justicia, manipular la percepción social y, en última instancia, perpetuar la violencia contra las mujeres bajo una nueva piel legal. Y aquí estamos, contemplando los escombros de leyes mal diseñadas, mientras las verdaderas víctimas vuelven a ser olvidadas. Porque sí, decisiones como ésta son un peligro mortal para las mujeres. No solo porque permiten que los agresores eludan responsabilidades, sino porque dinamitan la confianza en el sistema de protección que tanto costó construir. En un mundo en el que a las mujeres se les exige constantemente demostrar su sufrimiento para ser creídas, ahora también deberán lidiar con agresores "auto percibidos" que invaden sus espacios seguros. El oportunismo como estrategia El problema de fondo es sencillo: cuando las leyes no establecen controles [...]