Cuando se convocan elecciones y elegimos nuevos representantes (los cuales se supone que elegimos pensando en que van a hacer todo lo mejor posible para el pueblo), comienza una nueva andadura para el país, en la que lo normal sería que las cosas “pendientes” que han quedado del mandato o legislación anterior, fueran prioridad para ese nuevo comienzo.
Si ya no por asegurar el bienestar del pueblo, aunque sólo sea por mera estrategia política… Pero no. Parece ser que hay cosas que siempre se quedan en el cajón del olvido, independientemente de lo importantes que sean. Aunque se les llene la boca hablando de ellas.

Y una de ellas, son las Violencias Machistas que seguimos sufriendo las mujeres y nuestras hijas e hijos constantemente, llegándonos a costar la vida en muchos casos. Y en los que no, dejándonos secuelas físicas y psicológicas para siempre.

¿Por qué nuestros representantes políticos no consideran las Violencias Machistas una prioridad a resolver?
¿Por qué no lo consideran un asunto de estado, un terrorismo machista, una persecución, un genocidio contra mujeres y criaturas?
¿Por qué no consideran que, el que nos estén maltratando, violando y asesinando con unas consecuencias que son casi una impunidad, es algo que se tiene que resolver y que se tiene que resolver YA?
¿Por qué no consideran importante la revisión de las leyes, de las penas? ¿De la erradicación total de los atenuantes en los juicios? ¿De los beneficios penitenciarios?
¿Por qué no consideran importante el cumplimiento íntegro de las condenas? ¿La prisión permanente revisable para asesinos y violadores? ¿La prohibición de que se no solo se acerquen, si no que se lleven a nuestras criaturas nuestros maltratadores jamás?
¿Por qué no consideran importante que las condenas sean acorde con los delitos cometidos y que no se permita compensación económica para “resarcir” el daño que nos hacen?

En definitiva, ¿por qué no nos consideran a nosotras y nuestros hijos e hijas, lo suficientemente importantes como para subirse las mangas y ponerse a trabajar en nuestra seguridad? ¿En nuestra protección? En castigar a nuestros agresores de la forma más firme y más punitiva posible, para que quede claro de una vez por todas que en éste país no se permite ningún tipo de Violencias Machistas contra mujeres y criaturas.

Y no la imagen que se está dando ahora, que es totalmente la contraria: atentar contra nosotras y nuestras criaturas sale barato, se paga con muy poca pena de cárcel (el que entra) y así tenemos las cifras que tenemos. Batiendo récords de asesinatos machistas, de asesinatos por violencia vicaria, de todo tipo de maltratos y violencias, incluso cada vez entre población más joven.

Así que nosotras, lo que vemos, es que por más que el color del gobierno cambie, lo que no cambia es la pasividad y el pasotismo con el que se trata una problemática que afecta a miles de mujeres y criaturas en éste país. Y del que solo se habla, cuando nos matan a alguna de nosotras, o a nuestras criaturas.

Ahí si que salen todos delante de los medios a rasgarse las vestiduras, a decir que hay que hacer esto y lo otro, y a mostrar la buena voluntad que tienen de que esto cambie… pero cuando se apagan los focos y las cámaras, la buena voluntad se la lleva el viento y se queda en agua de borrajas.

Que somos víctimas de algunos hombres malos (y si, hemos dicho bien, algunos), que no tenemos la culpa de habernos cruzado en nuestras vidas con la persona equivocada, que solo queremos rehacer nuestras vidas con nuestras criaturas y poder vivir en paz.

Que somos víctimas, pero no somos tontas y vemos perfectamente que ningún color político mueve un dedo para erradicar las Violencias Machistas de una vez por todas, de forma contundente, dura y punitiva.