Lola tenía 86 años. No fue amor, fue un asesinato machista
Lola tenía 86 años. Era una mujer mayor, dependiente, con problemas de movilidad, y vivía en un pequeño municipio andaluz. Murió el 1 de julio de 2025 a manos de su pareja. No murió por enfermedad. No fue un desenlace inevitable. Fue golpeada hasta la muerte. Fue asesinada. Y su muerte, brutal y silenciada, debería hacernos temblar. Porque Lola representa el rostro más vulnerable de la violencia machista, el que menos atención recibe, el que casi nadie nombra: el de las mujeres mayores, invisibles, que viven atrapadas en la rutina del silencio y el aislamiento. Que, incluso en su vejez, siguen siendo objeto de dominio, control y castigo. Factores de vulnerabilidad: cuando todo está en tu contra Lola no tenía botón de pánico. No constaba en ningún protocolo policial. No había denuncias previas. Para el sistema, su situación era "normal". Invisible. Aceptada. Pero Lola era víctima desde hacía [...]