Jonathan ha sido condenado a 38 años de cárcel por violar y asesinar a su propia prima. Este hombre quiere ahora cambiar de sexo y pide a su entorno que le llamen Lorena.

El condenado ha empezado a hormonarse en prisión, lleva el pelo largo y viste ropa de mujer. Aunque actualmente está en una prisión mixta sigue pidiendo que se la traslade a una cárcel femenina. «El día del juicio pidió que se le tratase en femenino para sorpresa de todos los presentes. La familia de la víctima cree que todo es una mentira para obtener beneficios penitenciarios». En la actualidad hay 79 presos transgénero. 22 son mujeres trans que están en cárceles femeninas o en centros mixtos.

Sonia es la madre de la joven asesinada por Jonatan y tía del asesino, ya que asesino y víctima eran primos. Asegura que desde niño este ha acosado a mujeres y mantiene que el cambio de sexo forma parte de una estrategia para tener beneficios penitenciarios. «Él de toda la vida ha acosado mujeres y niñas. Tenía 10 móviles y en cada móvil tenía a una mujer. Se ríe de las mujeres»

Cree que el condenado tan solo «se transformará físicamente por fuera». No le caben dudas de que este individuo va a volver a actuar. «Con mi niña estuvo dos años programando a sangre fría cómo matarla. ¿Quién me dice a mí que este hombre no está programando en una celda hacer lo mismo?»

Sonia conoce a más víctimas que su propia hija. Más mujeres se han puesto en contacto con ella. «Una de las víctimas está como yo, con psiquiatras y psicólogos. Ella era de la Península y él le hacía pensar que la estaba siguiendo».

César Souto, miembro de la Junta de Personal de Las Palmas explica que a todas aquellas personas que quisieran cambiar de sexo se les elabora un informe medico y psicológico y a partir de ahí se decide a qué módulo deben ir. La transexualidad en prisión lleva existiendo más de 15 años y no genera problemas, mantiene.

«La transexualidad en prisión es algo habitual como en la sociedad», afirma. Reconoce que él mismo nunca ha mirado los delitos que tiene la persona que quiere cambiarse de sexo. Señala que en Reino Unido hay un antecedente muy negativo de este tipo pero eso no quiere decir que quiera repetirse la situación. Desconoce qué medidas especiales se pondrán en marcha si el condenado va a una cárcel de mujeres.

Por supuesto que la transexualidad no genera problemas. Los problemas los generan los asesinos y maltratadores que la usan para intentar salir impunes de los delitos que comenten.

Los problemas los causan esos delincuentes pensando que, usando la transexualidad como «excusa», no van a ser condenados a la misma pena. Los problemas los causan los que piensan que así, tendrán beneficios penitenciarios. Que podrán burlar a la justicia o tener un trato preferencial.

Los problemas los causarán cuando los metan en una cárcel de mujeres, y atenten contra las otras presas y/o contra las funcionarias.
El problema es que utilicen esto denigrando a las personas transexuales, utilizándolas y aprovechándose de ellas para intentar librarse de sus crímenes.

Banalizando su situación, su proceso y todo lo que pasan para conseguir lo que desean ya que desgraciadamente, nuestra sociedad aún está muy lejos de ser como debiera y todavía no ven la transexualidad no cómo algo normal.

El problema está en que se permita a un asesino que nunca ha manifestado ninguna intención de cambiarse de sexo, el hacerlo después de asesinar a una mujer. Ése es el problema.

En qué nadie vea que ese asesino, se nos está riendo a todos en la cara: a la mujer que ha asesinado, a su familia, a la comunidad transexual, a la sociedad, a las autoridades, a la justicia… A todo el mundo.

Y el problema es que se le permita. Porque si se le permite a éste, se le va a tener que permitir a todos. Y ¿van a asesinarnos ahora, alegando después que se quieren cambiar de sexo? Y ¿lo van a consentir?

 

Artículo de Laura Simón (@LahuSimon)